Ejemplo de Eco-diseño vernáculo – El techo verde.

Seguimos con la serie de posts del libro “Cradle to Cradle” y mostramos un ejemplo de cómo hacer las cosas de otra manera, de forma sostenible tanto económicamente como ambiental y socialmente.

Las superficies de los techos son de los materiales que más cuestan de mantener en una edificación. Durante el día se tuestan al sol y son expuestos a la degradación de la luz ultravioleta. El cambio de temperatura entre el día y la noche causando un shock térmico que desgasta la superficie. Si lo analizamos en un contexto mayor vemos que junto con las carreteras asfaltadas, los parkings, aceras y edificios en sí; está creciendo la superficie impermeable causando mayores inundaciones, calentamiento de las ciudades en verano y acabando con los hábitats de muchas especies.

Si miramos este efecto desde el pensamiento tradicional, intentaremos solucionar los problemas de inundación con pequeños estanques para recolectar el agua caída, solucionaríamos el problema del calentamiento mediante la instalación de aires acondicionados en los edificios, intentando olvidar que estas mismas unidades contribuirán a un mayor calor ambiental que es lo que hizo que lo necesitáramos en un primer lugar/instante. En cuanto a la reducción de hábitat, bueno;

¿no es la perdida de especies y diversidad una causa inevitable del desarrollo urbano?”

Existe un tipo de techo que soluciona todos estos contratiempos, retos, incluyendo los costes económicos (Reducido precio y mantenimiento). Son los techos verdes, que se componen de una pequeña capa de tierra con vegetación. Esta hace que la temperatura del techo se mantenga constante, proporciona frio en verano a través de la evapotranspiración y aislamiento en época de frio. Protege de los rayos destructores del sol haciendo que dure más tiempo. Además proporciona oxígeno, captura las pequeñas partículas (soot) y absorbe el agua de las tormentas. Tiene un aspecto más bonito que el asfalto y ahorra dinero ya que se producirán menos inundaciones. En zonas apropiadas y con la orientación adecuada puede incluso producir energía solar.

La idea de utilizar techos verdes, puede parecer algo innovador pero esto ya sucede desde hace mucho tiempo. En Islandia muchas granjas lo tienen y en muchos países europeos este tipo de techos ya existe. Todos estos son cosas que se transmitían de generación en generación y que son fruto de muchos años de observación y adecuación al entorno en el que vivimos. Es vital que recuperemos el conocimiento vernáculo y mantengamos estas costumbres y buenas prácticas.

Estos techos verdes no solo regulan la temperatura y producen energía y oxígeno, además son pequeños santuarios dentro de la ciudad para pájaros e incluso los seres humanos.

¿No es hora de promocionar este tipo de iniciativas que por razones de moda se han perdido?

¿Pondrías un techo verde en tu casa?